Recuerdo en la infancia sentir el llamado de ayudar, acompañando al ser humano en sus diversas etapas vitales. Conectando así con mi vocación durante la adolescencia, decidí estudiar Psicología e indagar sobre las necesidades más esenciales del ser, y sobre todo, las mías personales.

Tras responder a tantas preguntas y conocer diferentes contextos en el mundo de la salud mental, ya sea en el ámbito privado como público, he desarrollado un enfoque integrador; entendiendo así el contexto de cada sistema e individuo único y multidimensional.

La pasión por la educación me incitó a especializarme en el mundo Infanto-Juvenil. Así me adentré en el proceso psicoafectivo de los infantes, adolescentes y familias. En este camino conocí diferentes herramientas, sobre todo me sumergí en la Inteligencia Emocional (IE) como forma de potenciar las habilidades emocionales, comunicacionales… Desarrollando así una autorregulación, autoconciencia, autoconocimiento y autoestima, catalizadoras de un equilibrio y bienestar integral.

Cuando concebí la maternidad en mi propia piel, sentí el llamado de profundizar en el ámbito Perinatal. Comencé a acompañar a las madres, potenciando el vínculo madre-bebé y sus redes de apoyo, desde los inicios en la concepción hasta el puerperio y la crianza. La gestación, el parto, posparto, la primera infancia… son hechos esenciales y decisivos en el desarrollo vital. También es necesario visibilizar el acompañamiento en el proceso de cambio como la ma-pa-ternidad.

Mi objetivo profesional se basa en promover una salud mental, tanto individual como colectiva, la cual aporte semillas de bienestar integral, autodescubrimiento y esperanza a la comunidad.